O jornal argentino La Nación publica, no dia 18 de outubro de 2008, matéria sobre o polêmico juiz Baltasar Garzón.
Critican la decisión de Garzón
Por Silvia Pisani
MADRID.- Se acabó la paz del cementerio y se liberaron los demonios en España. Desde que el juez Baltasar Garzón dijo que abriría la tumba de Federico García Lorca, las voces críticas lo tildaron de "fantoche, buscador de fama y delirante", sus compañeros de toga ponen recursos para frenarlo y hasta la familia del poeta asesinado se enojó y, tras haber aceptado la apertura de la fosa, ahora dice que no y que lo impedirá, si es necesario, ante los tribunales.
Con semejante tormenta por delante, a Garzón no se le ocurrió otra cosa que forzar el paso y, con una maniobra judicial, dio un zarpazo con el que ganar tiempo para, al menos, conseguir abrir la tumba, devenida santuario, antes de que los tribunales puedan expedirse y, eventualmente, atarle las manos.
"Si gana tiempo y se apura, tiene la foto con la calavera de García Lorca asegurada en las portadas de los principales diarios del mundo", decían anoche quienes no aprecian al magistrado, que tiene en su poder una lista de 130.000 nombres de desaparecidos durante la Guerra Civil y el régimen franquista.
En el terreno político, las críticas no se quedaron atrás. "Lo que pretende Garzón es un verdadero disparate", dijeron en el opositor Partido Popular (PP), de derecha. "Desde lo jurídico es un mamarracho y, en lo político, un error", sintetizó Manuel Fraga Iribarne, ex ministro del fallecido dictador Francisco Franco.
El juez pretende, también, abrir una investigación contra los delitos de "lesa humanidad" cometidos durante los 38 años de dictadura del proclamado "caudillo por la gracia de Dios". Y lo primero que hizo fue emplazar con diez días al registro fúnebre para que certifique "si Franco ha muerto", como efectivamente ocurrió hace ya 33 años.
"Lo de Garzón es la demostración de que hasta el más absurdo de los disparates puede ser argumentado jurídicamente pese a ir contra la evidencia y el sentido común. Alguien así, que instrumentaliza el derecho a favor de sus ansias de autobombo, no está ni moral ni mentalmente capacitado para juzgar a nadie", editorializó el diario El Mundo , que, como se deduce rápidamente, no suele tener paciencia para con el famoso juez.
La peor crítica
La crítica más dura vino de parte de los compañeros de toga del magistrado. La Fiscalía dijo que recurriría la medida. Garzón, por su parte, forzó un poco más las cosas, se blindó en su empeño y desafió a los fiscales mediante el sencillo trámite de convertir en sumario su anunciada investigación sobre los crímenes de la Guerra Civil. De ese modo, obliga a un recorrido procesal distinto y más largo, y con eso gana el tiempo necesario para, si lo decide, ponerse a abrir fosas antes de que la Audiencia se pronuncie sobre la irresuelta disputa de competencia y, eventualmente, le diga que no puede hacerlo.
Puestas las cosas en una carrera de ver quién se mueve más rápido, la familia de García Lorca se enojó, pegó un carpetazo y dijo basta; que rechaza ahora la apertura de la fosa y que, si el juez insiste, irán a los tribunales para impedirlo.
Todo eso lo dijo Manuel Fernández Montesinos, sobrino del poeta granadino. De ese modo, el nuevo vocero de la familia dio marcha atrás con la anunciada decisión de "acatar" -pese al disgusto- la exhumación de la fosa, sí así lo decidía la justicia.
Anoche nadie sabía muy bien lo que pasaría con este tema, que, de sagrado y conmovedor, derivó en materia de disputa o de apuesta popular, según los escenarios. En medios judiciales se asegura que Garzón está dispuesto a ponerse él mismo al frente del operativo de excavación del predio de Alfacar, la colina que, desde hace 72 años, es destino de peregrinos que llegan de todo el mundo para homenajear al poeta.
Entre tanta incertidumbre, por momentos cobra fuerza la idea de que, de un momento a otro y con Garzón a la cabeza, las palas llegarán por allí para hacer su trabajo.
Critican la decisión de Garzón
Por Silvia Pisani
MADRID.- Se acabó la paz del cementerio y se liberaron los demonios en España. Desde que el juez Baltasar Garzón dijo que abriría la tumba de Federico García Lorca, las voces críticas lo tildaron de "fantoche, buscador de fama y delirante", sus compañeros de toga ponen recursos para frenarlo y hasta la familia del poeta asesinado se enojó y, tras haber aceptado la apertura de la fosa, ahora dice que no y que lo impedirá, si es necesario, ante los tribunales.
Con semejante tormenta por delante, a Garzón no se le ocurrió otra cosa que forzar el paso y, con una maniobra judicial, dio un zarpazo con el que ganar tiempo para, al menos, conseguir abrir la tumba, devenida santuario, antes de que los tribunales puedan expedirse y, eventualmente, atarle las manos.
"Si gana tiempo y se apura, tiene la foto con la calavera de García Lorca asegurada en las portadas de los principales diarios del mundo", decían anoche quienes no aprecian al magistrado, que tiene en su poder una lista de 130.000 nombres de desaparecidos durante la Guerra Civil y el régimen franquista.
En el terreno político, las críticas no se quedaron atrás. "Lo que pretende Garzón es un verdadero disparate", dijeron en el opositor Partido Popular (PP), de derecha. "Desde lo jurídico es un mamarracho y, en lo político, un error", sintetizó Manuel Fraga Iribarne, ex ministro del fallecido dictador Francisco Franco.
El juez pretende, también, abrir una investigación contra los delitos de "lesa humanidad" cometidos durante los 38 años de dictadura del proclamado "caudillo por la gracia de Dios". Y lo primero que hizo fue emplazar con diez días al registro fúnebre para que certifique "si Franco ha muerto", como efectivamente ocurrió hace ya 33 años.
"Lo de Garzón es la demostración de que hasta el más absurdo de los disparates puede ser argumentado jurídicamente pese a ir contra la evidencia y el sentido común. Alguien así, que instrumentaliza el derecho a favor de sus ansias de autobombo, no está ni moral ni mentalmente capacitado para juzgar a nadie", editorializó el diario El Mundo , que, como se deduce rápidamente, no suele tener paciencia para con el famoso juez.
La peor crítica
La crítica más dura vino de parte de los compañeros de toga del magistrado. La Fiscalía dijo que recurriría la medida. Garzón, por su parte, forzó un poco más las cosas, se blindó en su empeño y desafió a los fiscales mediante el sencillo trámite de convertir en sumario su anunciada investigación sobre los crímenes de la Guerra Civil. De ese modo, obliga a un recorrido procesal distinto y más largo, y con eso gana el tiempo necesario para, si lo decide, ponerse a abrir fosas antes de que la Audiencia se pronuncie sobre la irresuelta disputa de competencia y, eventualmente, le diga que no puede hacerlo.
Puestas las cosas en una carrera de ver quién se mueve más rápido, la familia de García Lorca se enojó, pegó un carpetazo y dijo basta; que rechaza ahora la apertura de la fosa y que, si el juez insiste, irán a los tribunales para impedirlo.
Todo eso lo dijo Manuel Fernández Montesinos, sobrino del poeta granadino. De ese modo, el nuevo vocero de la familia dio marcha atrás con la anunciada decisión de "acatar" -pese al disgusto- la exhumación de la fosa, sí así lo decidía la justicia.
Anoche nadie sabía muy bien lo que pasaría con este tema, que, de sagrado y conmovedor, derivó en materia de disputa o de apuesta popular, según los escenarios. En medios judiciales se asegura que Garzón está dispuesto a ponerse él mismo al frente del operativo de excavación del predio de Alfacar, la colina que, desde hace 72 años, es destino de peregrinos que llegan de todo el mundo para homenajear al poeta.
Entre tanta incertidumbre, por momentos cobra fuerza la idea de que, de un momento a otro y con Garzón a la cabeza, las palas llegarán por allí para hacer su trabajo.
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