domingo, 12 de setembro de 2010

Democracia deliberativa versus democracia agonistica

05/09/2010
Consenso/Conflicto: Chantal, Chantal

Publicado por Roberto Gargarella no seu blog

Hace no mucho tiempo, tuve la oportunidad de comentar y discutir una presentación hecha por Chantal Mouffe en Buenos Aires. Por suerte, la coyuntura política estaba algo más tranquila, y el debate pudo darse en torno a la teoría que ella defendía, y no alrededor de si Chávez o Kirchner estaban haciendo la revolución proletaria. Comenté entonces, con cierto detalle, un trabajo que ella había presentado, desde mi total desacuerdo sobre el modo en que, según entiendo, ella reconstruía, para luego derribar de un soplido, a la tradición democrática deliberativa. Recuerdo esto al leer, hoy, una entrevista que se le hace en Página12, acá.

La entrevista se refiere, mucho más, a la coyuntura política, y a desentrañar si Kirchner es o no el Che Guevara. Pero en ella vuelve, también, a su caballito de batalla, que es el mismo que exhibió la vez en que discutimos, y que ahora sobrevuela toda la entrevista. Se advierte su leitmotiv cuando dice, por ejemplo, en el mismo comienzo del reportaje:

"El objetivo de la democracia no es que todo el mundo se ponga de acuerdo, hay posiciones irreconciliables. Critico a las tradiciones teóricas que dicen que la política democrática busca consensos. Habermas indica que el consenso se busca a través de procesos deliberativos, argumentos racionales. Yo no coincido con él. La política tiene que ver con el conflicto y la democracia consiste en dar la posibilidad a los distintos puntos de vista para que se expresen, disientan."

Creo que este tipo de posiciones son totalmente equivocadas, además de resultar ofensivas e insultantes sobre la tradición que comentan, y me resulta preocupante que desde hace tantos años se insista sobre los mismos errores (que en este caso, vienen a dejar a la entrevistada, en el campo teórico, como si defendiera en soledad lo que otros vienen diciendo hace décadas, de un modo más fundado). Para el reportaje, y sobre frases como la citada, señalo sólo unas pocas cosas (no será éste un intento de "refutar" a Chantal, cosa que intenté hacer frente a ella, personalmente, y con un trabajo escrito por ella mediante, sino sólo un modo de comentar parte de su entrevista):

1) Decir que las teorías de autores como Habermas o Rawls (su otra gran bete noire) escamotean u ocultan el conflicto, es gracioso si no fuera indignante: se trata de los mismos teóricos que escribieron, como pocos otros, fundamentando la objeción de consciencia o la desobediencia civil. No hay casi investigación seria sobre esos temas, en la actualidad, en donde Habermas y Rawls no aparezcan citados en un lugar privilegiado, por su defensa de los objetores y los desobedientes. Pero no. Para Chantal, ocultan el conflicto. No lo reconocen, no les gusta.

2) Los tribunales supieron apoyarse en la tradición deliberativa a la que responden Habermas y Rawls -la del "libre mercado de las ideas" y el "debate vigoroso, deshinibido, robusto"- para justificar las posiciones más radicales en materia de libertad de expresión. Fue esa tradición -y no la schmittiana- la que se utilizó para reclamar que se dejara de perseguir y encarcelar a los anarquistas, a los comunistas, a los que no querían alistarse para la guerra (pienso en casos como "Debs", y los que le siguieron, fundados por los jueces disidentes Holmes-Brandeis). Como pocas veces, los tribunales de entonces se apoyaron explícitamente en una particular filosofía política, para exigir el fin de las persecuciones a los disidentes. Pero no. Para Chantal, esa tradición le escapa al conflicto. Cuando la mayoría de la Corte norteamericana reclamaba la prohibición de una facción revolucionaria de la izquierda que pedía "tirar abajo la democracia", y la cárcel para sus líderes, el juez Brandeis volvió a invocar esta tradición (en su versión liberal-milleana) para sostener "si hay tiempo para argumentar en contra del partido revolucionario, hagámoslo, en lugar de impedir que hablen." Pero no. Para Chantal, la tradición deliberativa no es la que vino a darle amparo al conflicto, protección a los críticos, libertad a los que se enfrentaban al poder: ellos son los que le tienen miedo al conflicto, los que se asustan con el conflicto con sólo invocarlo.

3) En la Argentina, varios nos apoyamos, legítimamente, sin distorsionarlos, en Habermas y Rawls, para defender los derechos de piqueteros y otros grupos que protestaban; para exigirle a los tribunales que cesen de perseguirlos; para decir que ellos tenían, como todavía tienen, el derecho -aún- de desafiar el derecho en nombre de los derechos que les son negados. Pero no. Para Chantal la tradición deliberativa no sabe lidiar con el conflicto. Ve un conflicto y huye, no sabe qué hacer.

4) Rawls habla, en efecto, de la necesidad de poner entre paréntesis ciertos temas divisivos, pero lo hace, clarísimamente, para decir esto: cuando el Estado va a decidir un caso sobre homsexualidad o religión, no puede "ponerse la camiseta" de una visión comprehensiva del bien, sino que debe argumentar con razones públicas. No puede decir, por caso, como se pudo decir en los tribunales y oficinas públicas argentinas (ver post anterior): "acá somos católicos, así que le decimos que no a la homsexualidad." No. Frente a eso, Rawls dice que el Estado debe poner entre paréntesis esa invocación de una moral particular, y hablar desde la razón pública. Esa propuesta, viene en directa defensa de los derechos de las minorías perseguidas por razones sexuales, religiosas, raciales. Uno podría decir que es el modo apropiado de asegurar protección para los más débiles. Pro no. Para Chantal es una manera de poner entre parétesis el conflicto. Una manera de no verlo, de no tocarlo...

5) Y para colmo, su conclusión sobre el tema es una versión diluída, pasteurizada, de lo que Habermas y Rawls hubieran dicho, si les hubieran hecho el reportaje en la cama, a las 4 de la mañana, con los ojos entrecerrados, después de un vuelo de 15 horas, y habiendo consumido píldoras para dormir. Concluye Chantal, luego de golpear a la tradición deliberativa y decir que ella, como académica, se opone a toda esa tradición de los "consensos": "Es que la democracia consiste en permitir que los distintos puntos de vista se expresen, disientan." Es ésta la frase que sigue luego de descalificar a Habermas?? Ahh, tremendo! Ahora sí! Qué manera de reconocer el conflicto! Esto sí es hacerse cargo! Cómo es que Habermas no se dio cuenta!

Ay teoría agonal, cuántas...cosas se dicen en tu nombre!

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