quinta-feira, 31 de julho de 2008

Fukyama examina os limites da hegemonia americana

Francis Fukyama no jornal El País graças ao envio do Prof Farlei Martins aborda tema que lhe é muito caro: agora os limites do papel americano após ter previsto o fim da história.


El fin de la hegemonía americana

Estados Unidos debe renovarse en profundidad. Ya no ocupa en solitario el primer plano de la escena global; ahí actúan, y con creciente éxito, otros grandes actores políticos, económicos y culturales

FRANCIS FUKUYAMA 31/07/2008

Fareed Zakaria, columnista de Newsweek, habla del "mundo posterior al dominio americano" para referirse al que nos aguarda en los próximos años. El primer cambio evidente al que se enfrenta Estados Unidos tiene que ver con la aparición de un mundo multipolar. No se trata de un declive. Estados Unidos sigue siendo la mayor potencia mundial. Lo que sucede es que el resto
del mundo se está poniendo a su mismo nivel.

Sí, se ha producido un impresionante desplazamiento de poder en lo que a la economía se refiere. Rusia, China, India y los países del Golfo gozan de unas economías en expansión, mientras que la de Estados Unidos ha caído en un periodo de recesión. Durante los gobiernos de Clinton y del primer Bush, Washington acostumbraba a sermonear al resto del planeta sobre cómo mantener en orden sus haciendas, pero ese tipo de sermón suena ahora un poco falso tras la crisis financiera estadounidense del pasado año. La prueba más clara del cambio al que asistimos es el endeudamiento en el que se encuentra Estados Unidos, mientras que muchos otros países están acumulando reservas.

En el futuro, las posibilidades de Estados Unidos serán mucho más limitadas. Puede que esta limitación venga dada por ciertos cambios en el equilibrio del poder militar, pero sobre todo se deberá a factores que tienen más que ver con el poder blando. Hoy, por ejemplo, los chinos y los indios exportan películas; hay estrellas de cine coreanas que son famosas en toda Asia, y los japoneses son grandes productores de cine de animación. En resumen, Hollywood ya no es la única fuente de creatividad cultural en el planeta.

Otra tendencia especialmente preocupante es la disminución de estudiantes extranjeros en las universidades estadounidenses. Disuadidos por la cantidad de obstáculos que encuentran para entrar en Estados Unidos, los estudiantes extranjeros han preferido buscar alternativas en otras partes del mundo.

Consideremos ahora un hecho desconcertante: el gasto militar de Estados Unidos es igual a la suma de los gastos militares de todo el resto del mundo. Y, sin embargo, no hemos logrado pacificar Irak en los cinco años transcurridos desde que las tropas estadounidenses invadieron y ocuparon el país. Se constata así que la fuerza militar no sirve a la hora de crear las instituciones legítimas sobre las que se asientan las naciones, de consolidar la vida política y de estabilizar esa parte del mundo.

Durante las dos últimas décadas, países tradicionalmente aliados han empezado a mostrarse opuestos a la política estadounidense. Se han formado, por ejemplo, alianzas como la del Shanghai Cooperation Council, una organización cuyo objetivo es acabar con la presencia estadounidense en Asia, incrementada después del 11 de septiembre. Y tampoco podemos recurrir con la misma seguridad que antes a nuestros aliados democráticos tradicionales.

Así sucedió en Irak, como era de esperar; pero también en Afganistán, donde, pese a que nuestros aliados aceptaban la legitimidad de la operación, arrastraron los pies a la hora de apoyar con tropas y recursos materiales. E incluso un país como Corea del Sur, que ha sido siempre un aliado, se ha visto convulsionado durante los dos últimos meses por las manifestaciones en contra de Estados Unidos desencadenadas por polémicas importaciones de carne.

En resumen, el mundo al que se enfrenta hoy Estados Unidos requiere nuevos instrumentos. Tenemos que poder desplegar y utilizar el poder duro, la fuerza militar, pero también hay otras maneras de propagar aquellos valores y aquellas instituciones que han de ser la base de nuestro liderazgo en el mundo. La labor realizada por el Gobierno de Clinton en los Balcanes, en Somalia y en Haití, en el sentido de colaborar en la construcción de naciones, fue muy criticada y tachada de "trabajo social". Pero la realidad es que la política exterior estadounidense debe interesarse por cierto tipo de trabajo social.

Quienes se oponen al dominio de Estados Unidos en el mundo -los Hermanos Musulmanes, Hamás, Hezbolá y Mahmud Ahmadineyad, en Oriente Próximo, así como ciertos líderes populistas de América Latina como Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales- han llegado al poder porque ofrecen servicios sociales a los más pobres de sus países.

Estados Unidos, por el contrario, apenas ha ofrecido nada en este sentido durante la pasada generación. Ofrecemos mercado libre y democracia, dos cosas buenas e importantes que constituyen la base del crecimiento y del orden político. Pero ninguna de las dos parece atraer a las poblaciones más pobres, que son, en definitiva, los auténticos electores en esta lucha por el poder y la influencia en el mundo.

No creo que el declive americano sea inevitable. Estados Unidos tiene muchas bazas ganadoras en tecnología, en competitividad, en el mundo de la empresa; cuenta con unos mercados laborales flexibles y unas instituciones financieras, en principio, fuertes, aunque hemos de admitir que ahora atraviesan ciertas dificultades. Y una de sus grandes ventajas es su capacidad para asimilar a la gente de otros países y de otras culturas.

Prácticamente, todos los países desarrollados atraviesan un bache demográfico. Sus poblaciones disminuyen de año en año como consecuencia de la bajísima tasa de natalidad de sus pobladores nativos. Así que cualquier país desarrollado que desee seguir creciendo tendrá que acoger inmigrantes procedentes de países y culturas diferentes, y creo que Estados Unidos tiene
una capacidad única en este sentido.

Pero hay tres puntos débiles sobre los que Estados Unidos ha de trabajar si quiere salir airoso. En primer lugar, la creciente pérdida de capacidad de acción del sector público; en segundo lugar, la manera, harto autocomplaciente, de entender al resto del mundo, siempre desde nuestra propia perspectiva; y, en tercer lugar, la gran polarización del sistema político, que impide buscar soluciones a estos problemas.

Ejemplo de lo primero es la pésima planificación de la ocupación de Irak y de la guerra que le sucedió. Otro, el desastre absoluto de la respuesta al huracán Katrina.

El segundo punto tiene que ver con la arrogancia norteamericana respecto al resto del mundo. Cuando a finales de los años cincuenta, la Unión Soviética colocó en el espacio el Sputnik, Estados Unidos respondió al reto invirtiendo masivamente en ciencia y tecnología. El resultado fue que Estados Unidos se reafirmó como líder mundial en tecnología. Del mismo modo podríamos haber respondido al 11 de septiembre: invirtiendo en nuestra capacidad para comprender la complejidad de regiones del mundo como Oriente Medio. Por ejemplo, es un escándalo que la Embajada americana en Bagdad sólo cuente con un puñado de funcionarios que hablen árabe correctamente.

El último punto que habría que resolver es el impasse en el que se encuentra nuestro sistema político a causa de la polarización. La derecha se niega a hablar de subir los impuestos a fin de financiar unos servicios públicos muy necesitados de inyección económica. Y la izquierda se niega a hablar de cuestiones como la privatización de la Seguridad Social o el retraso de la edad de jubilación.

Y ni la izquierda ni la derecha han tenido la valentía política de sugerir una subida de los impuestos sobre el consumo energético, que es la manera más obvia de solucionar la dependencia del exterior y de impulsar fuentes alternativas.

Ningún otro lugar del mundo se beneficiará de nuestra política si seguimos siendo un país que sólo se mira el ombligo, incapaz de llevar adelante las políticas y medidas proyectadas, y demasiado dividido para tomar decisiones importantes. Todo esto no sólo es perjudicial para los estadounidenses, sino también para el resto del planeta.

sexta-feira, 25 de julho de 2008

Os Direitos Humanos e o Islã

Entendendo que os Direitos Humanos, não obstante a sua universalidade, guardam particularismos quando da sua aplicação nas diversas regiões do globo, além de ter em vista que devemos buscar a alteridade como forma de escapar da univocidade cultural, trazemos a lume um texto sobre os direitos humanos na visão islâmica, de autoria de Bismillahi ar-Rahmani ar-Raheem. Não é o nosso intuito defender tal ou qual ponto de vista, mas sim alertar para a necessidade de que conheçamos e de que entendamos o outro, pois, antes disso, em relação a este, resulta inútil o juízo de valor realizado por nós. Ressalta-se, contudo, que estamos tratando aqui da concepção dos direitos humanos, e não de sua efetividade. Analisando-se por este lado, somos obrigados a concordar que, de fato, os direitos humanos são mais efetivos no denominado mundo ocidental (embora ainda longe do ideal). Entretanto, queremos asseverar que não se deve buscar tal efetividade mediante a imposição de um determinado modelo de conduta, mas sim através da afirmação do paradigma próprio de cada cultura.


Human Rights In Islam


Bismillahi ar-Rahmani ar-Raheem
In the Name of Allah, the Most Compassionate, the Most Merciful

Since God is the absolute and the sole master of men and the universe, He is the sovereign Lord, the Sustainer and Nourisher, the Merciful, Whose mercy enshrines all beings; and since He has given each man human dignity and honor, and breathed into him of His own spirit, it follows that, united in Him and through Him, and apart from their other human attributes, men are substantially the same and no tangible and actual distinction can be made among them, on account of their accidental differences such as nationality, color or race. Every human being is thereby related to all others and all become one community of brotherhood in their honorable and pleasant servitude to the most compassionate Lord of the Universe. In such a heavenly atmosphere the Islamic confession of the oneness of God stands dominant and central, and necessarily entails the concept of the oneness of humanity and the brotherhood of mankind.

Although an Islamic state may be set up in any part of the earth, Islam does not seek to restrict human rights or privileges to the geographical limits of its own state. Islam has laid down some universal fundamental rights for humanity as a whole, which are to be observed and respected under all circumstances whether such a person is resident within the territory of the Islamic state or outside it, whether he is at peace or at war. The Quran very clearly states:

"O believers, be you securers of justice, witness for God. Let not detestation for a people move you not to be equitable; be equitable - that is nearer to God-fearing." (5:8)
Human blood is sacred in any case and cannot be spilled without justification. And if anyone violates this sanctity of human blood by killing a soul without justification, the Quran equates it to the killing of entire mankind.

"...Whoso slays a soul not to retaliate for a soul slain, nor for corruption done in the land, should be as if he had slain mankind altogether." (5:32)
It is not permissible to oppress women, children, old people, the sick or the wounded. Women's honor and chastity are to be respected under all circumstances. The hungry person must be fed, the naked clothed and the wounded or diseased treated medically irrespective of whether they belong to the Islamic community or are from among its enemies.

When we speak of human rights in Islam we really mean that these rights have been granted by God; they have not been granted by any king or by any legislative assembly. The rights granted by the kings or the legislative assemblies, can also be withdrawn in the same manner in which they are conferred. The same is the case with the rights accepted and recognized by the dictators. They can confer them when they please and withdraw them when they wish; and they can openly violate them when they like. But since in Islam human rights have been conferred by God, no legislative assembly in the world or any government on earth has the right or authority to make any amendment or change in the rights conferred by God. No one has the right to abrogate them or withdraw them. Nor are they basic human rights which are conferred on paper for the sake of show and exhibition and denied in actual life when the show is over. Nor are they like philosophical concepts which have no sanctions behind them.

The charter and the proclamations and the resolutions of the United Nations cannot be compared with the rights sanctioned by God; because the former are not applicable on anybody while the latter are applicable on every believer. They are a part and parcel of the Islamic Faith. Every Muslim or administrator who claims himself to be Muslim, will have to accept, recognize and enforce them. If they fail to enforce them, and start denying the rights that have been guaranteed by God or make amendments and changes in them, or practically violate them while paying lip service to them, the verdict of the Holy Quran for such government is clear and unequivocal:

"Those who do not judge by what God has sent down are the disbelievers." (5:44)

Human Rights In An Islamic State

  1. The Security Of Life And Property:
    In the address which the Prophet delivered on the occasion of the Farewell Hajj, he said: "Your lives and properties are forbidden to one another till you meet your Lord on the Day of Resurrection." The Prophet has also said about the dhimmis (the non-Muslim citizens of the Muslim state): "One who kills a man under covenant (i.e., dhimmi) will not even smell the fragrance of Paradise."

  2. The Protection Of Honor:
    The Holy Quran lays down:
    • "You who believe, do not let one (set of) people make fun of another set."
    • "Do not defame one another."
    • "Do not insult by using nicknames."
    • "Do not backbite or speak ill of one another."
      (49:11-12)

  3. Sanctity And Security Of Private Life:
    The Quran has laid down the injunction:
    • "Do not spy on one another." (49:12)
    • "Do not enter any houses unless you are sure of their occupant's consent." (24:27)

  4. The Security Of Personal Freedom:
    Islam has laid down the principle that no citizen can be imprisoned unless his guilt has been proven in an open court. To arrest a man only on the basis of suspicion and to throw him into a prison without proper court proceedings and without providing him a reasonable opportunity to produce his defense is not permissible in Islam.

  5. The Right To Protest Against Tyranny:
    Among the rights that Islam has conferred on human beings is the right to protest against government's tyranny. Referring to it the Quran says:
    "God does not love evil talk in public unless it is by someone who has been injured thereby." (4:148)
    In Islam, as has been argued earlier, all power and authority belong to God, and with man there is only delegated power which becomes a trust; everyone who becomes a recipient of such a power has to stand in awful reverence before his people toward whom and for whose sake he will be called upon to use these powers. This was acknowledged by Hazrat Abu Bakr who said in his very first address: "Cooperate with me when I am right but correct me when I commit error; obey me so long as I follow the commandments of Allah and His Prophet; but turn away from me when I deviate."

  6. Freedom Of Expression:
    Islam gives the right of freedom of thought and expression to all citizens of the Islamic state on the condition that it should be used for the propagation of virtue and truth and not for spreading evil and wickedness. The Islamic concept of freedom of expression is much superior to the concept prevalent in the West. Under no circumstances would Islam allow evil and wickedness to be propagated. It also does not give anybody the right to use abusive or offensive language in the name of criticism. It was the practice of the Muslims to enquire from the Holy Prophet whether on a certain matter a divine injunction had been revealed to him. If he said that he had received no divine injunction, the Muslims freely expressed their opinion on the matter.

  7. Freedom Of Association:
    Islam has also given people the right to freedom of association and formation of parties or organizations. This right is also subject to certain general rules.

  8. Freedom Of Conscience And Conviction:
    Islam has laid down the injunction:
    "There should be no coercion in the matter of faith." (2:256)

    On the contrary, totalitarian societies totally deprive the individuals of their freedom. Indeed, this undue exaltation of the state authority curiously enough postulates a sort of servitude, of slavishness on the part of man. At one time slavery meant total control of man over man - now that type of slavery has been legally abolished but in its place totalitarian societies impose a similar sort of control over individuals.

  9. Protection Of Religious Sentiments:
    Along with the freedom of conviction and freedom of conscience, Islam has given the right to the individual that his religious sentiments will be given due respect and nothing will be said or done which may encroach upon his right.

  10. Protection From Arbitrary Imprisonment:
    Islam also recognizes the right of the individual not to be arrested or imprisoned for the offenses of others. The Holy Quran has laid down this principle clearly:
    "No bearer of burdens shall be made to bear the burden of another." (35:18)

  11. The Right To Basic Necessities of Life:
    Islam has recognized the right of the needy people for help and assistance to be provided to them:
    "And in their wealth there is acknowledged right for the needy and the destitute." (51:19)

  12. Equality Before Law:
    Islam gives its citizens the right to absolute and complete equality in the eyes of the law.

  13. Rulers Not Above The Law:
    A woman belonging to a high and noble family was arrested in connection with theft. The case was brought to the Prophet, and it was recommended that she might be spared the punishment of theft. The Prophet replied: "The nations that lived before you were destroyed by God because they punished the common man for their offenses and let their dignitaries go unpunished for their crimes; I swear by Him Who holds my life in His hand that even if Fatima, the daughter of Muhammad, had committed this crime, I would have amputated her hand."

  14. The Right To Participate In The Affairs Of State:
    "And their business is (conducted) through consultation among themselves." (42:38)
    The "Shura" or the legislative assembly has no other meaning except that the executive head of the government and the members of the assembly should be elected by free and independent choice of the people.

    Lastly, it is to be made clear that Islam tries to achieve the above mentioned human rights and many others not only by providing certain legal safeguards but mainly by inviting mankind to transcend the lower level of animal life to be able to go beyond the mere ties fostered by the kinship of blood, racial superiority, linguistic arrogance, and economic privileges. It invites mankind to move on to a plane of existence where, by reason of his inner excellence, man can realize the ideal of the Brotherhood of man.



sábado, 19 de julho de 2008

O Direito Comunitário europeu e a sociedade de risco

O Professor Alceu Mauricio Jr preparou o resumo de matéria publicada no jornal espanhol El País de 25 de junho de 2008 a respeito de decisão do Tribunal de Luxemburgo disciplinando a questão do vazamento de petróleo por parte de navios transportadores. Para maiores informações clique no item "debate" do site indicado: http://riscoedireito.org/

Tribunal da União Européia diz que as petrolíferas devem pagar pelos danos ambientais decorrentes de naufrágios de petroleiros

Conforme noticiado noEl País, o Tribunal de Justiça das Comunidades Européias reafirmou o princípio do “poluidor-pagador” ao decidir que os produtores de petróleo também respondem pelos danos ao meio ambiente causados por naufrágio de navio petroleiro. Em síntese, a Corte de Luxemburgo respondeu às questões colocadas pela Corte de Cassação francesa no caso do naufrágio do petroleiro Erika. A justiça francesa condenou a petrolífera Total, o armardor do navio e a sociedade italiana de certificação naval a pagar uma indenização de 192 milhões de euros, tendo em vista o acidente que verteu 20.000 toneladas de combustível na costa da Bretanha. A empresa petrolífera recorreu ao Tribunal europeu levantando questões de Direito comunitário. O Tribunal europeu, contudo, entendeu que a Diretiva comunitária levantada pela petrolífera não impede que os Estados estabeleçam obrigações que recaiam sobre o produtor do material poluente.

sexta-feira, 18 de julho de 2008

Antonio Cassese e o Tribunal Penal Internacional

O jornal Valor Econômico publica na sua edição de 18 de julho de 2008 matéria do internaciolista italiano Antonio Cassese, autor de obra de referência sobre o Direito Penal Internacional, na qual o citado jurista discute a atuação e os limites da Promotoria do Tribunal Penal Internacional I. Aponta, assim, as limitações na delimitação do conceito de genocídio e o sentido das provas no Direito Internacional Público.

A Justiça Imperfeita para o Sudão
Antonio Cassese

As pessoas que acompanham os eventos em Darfur de perto sabem muito bem que o presidente do Sudão, Omar Hassan al-Bashir, comanda um grupo de líderes políticos e militares responsável por crimes graves e em larga escala contra cidadãos sudaneses, que as forças militares do país, com a ajuda de grupos paramilitares e milícias, cometem a cada dia na região. Esses cidadãos só são culpados de pertencer às três tribos (Fur, Masalit, e Zaghawa) que geraram os rebeldes que pegaram em armas contra o governo há alguns anos.

Qualquer medida destinada a responsabilizar os líderes do Sudão por seus crimes é, portanto, muito bem-vinda. Todavia, a decisão de Luis Moreno-Ocampo, o promotor do Tribunal Penal Internacional (TPI), de requerer uma ordem de prisão contra al-Bashir é desconcertante, por três motivos.

Primeiro, se Moreno-Ocampo pretendesse mesmo prender al-Bashir, deveria ter despachado uma petição sigilosa e requisitado aos juízes do TPI a emissão de uma ordem de prisão lacrada, que só seria tornada púbica quando al-Bashir viajasse para o exterior. A jurisdição do tribunal sobre os crimes em Darfur foi estabelecida em conformidade com uma decisão vinculante do Conselho de Segurança das Nações Unidas, o que significa que mesmo Estados que não sejam parte do estatuto do TPI devem cumprir as ordens e mandados emitidos pelo tribunal. Quando preferiu fazer uma requisição para uma ordem de prisão pública, Moreno-Ocampo deu a al-Bashir - presumindo que os juízes a concedam - a opção de simplesmente se abster de viajar para fora de seu país, e assim evitar de ser detido.

Segundo: Moreno O-campo decidiu inexplicavelmente indiciar somente o presidente do Sudão, e não incluiu os demais membros da liderança política e militar que, em associação com ele, planejaram, ordenaram e organizaram os crimes em grande escala em Darfur. Se Hitler estivesse vivo em outubro de 1945, os 21 acusados que foram efetivamente julgados em Nuremberg não teriam se safado.

Por último, não é possível entender porque Moreno-Ocampo mirou tão alto e acusou al-Bashir do "crime dos crimes", genocídio, em vez de formular acusações que são mais apropriadas e mais fáceis de levar a juízo, como crimes de guerra (bombardeio de civis) e crimes contra a humanidade (extermínio, transferência forçada de pessoas, assassinatos em massa, estupro etc.). Realmente, o genocídio se tornou uma palavra mágica, e as pessoas pensam que sua mera evocação desencadeia a enérgica indignação da comunidade internacional e forçosamente aciona a intervenção da ONU. Mas não é assim.

Não é possível entender porque o presidente do Sudão não foi acusado de algo mais fácil de ser levado a juízo, como crimes contra a humanidade

Além disso, rígidas condições devem ser satisfeitas para provar genocídio. Em particular, as vítimas devem formar um grupo étnico, religioso, racial ou nacional, e o perpetrador deve nutrir "intenção genocida", ou seja, a determinação de destruir o grupo como tal, em parte ou na sua totalidade. Por exemplo, a pessoa mata 10 curdos não porque eles são antipáticos ou porque o perpetrador alimente forte aversão contra qualquer um deles individualmente, mas tão-somente porque eles são curdos; ao matar essas dez pessoas, ele pretende contribuir para a destruição do grupo como tal.

No caso de Darfur, de acordo com Moreno-Ocampo, cada uma das três tribos constitui um grupo étnico; apesar de falarem a mesma língua da maioria (árabe) e adotarem a mesma religião (islâmica) e sua pele ser da mesma cor, eles constituem grupos étnicos distintos, porque cada tribo também fala um dialeto e vive numa região particular. Segundo esse parâmetro, os habitantes de muitas regiões européias - por exemplo, os sicilianos, que, além da língua oficial, também falam um dialeto e vivem numa região particular - devem ser considerados "grupos étnicos" distintos.

Ademais, Moreno-Ocampo inferiu a intenção genocida de al-Bashir a partir de um conjunto de fatos e condutas que a seu ver equivalem a uma indicação clara desta intenção. De acordo com a jurisprudência internacional, porém, só é possível provar o estado de espírito de um réu por meio de inferência se esta for a única forma razoável a que se possa chegar com base na evidência. No caso de Darfur, teria sido mais razoável inferir a partir da evidência a intenção de cometer crimes contra a humanidade (extermínio, entre outros), em vez da intenção de aniquilar grupos étnicos em parte ou na sua totalidade.

Parece improvável que a ordem de prisão, supondo-se que o TPI a emita, produzirá os efeitos extrajudiciais - deslegitimar o acusado política e moralmente - que dele decorrem às vezes. Isso aconteceu no caso do ex-líder sérvio bósnio Radovan Karadzic que, apesar de jamais ter sido preso, foi afastado do poder e da arena internacional como conseqüência do seu indiciamento em 1995.

Em vez disso, o pedido de Moreno-Ocampo poderá ter repercussões políticas negativas, ao criar muita desordem nas relações internacionais. Ele poderá endurecer a posição do governo sudanês, colocar em risco a sobrevivência das forças de manutenção da paz em Darfur e até induzir al-Bashir a se vingar, suspendendo ou dificultando ainda mais o fluxo de ajuda humanitária internacional aos dois milhões de pessoas desalojadas em Darfur. Além disso, o pedido de Moreno-Ocampo poderá alienar ainda mais as grandes potências (China, Rússia e Estados Unidos), que atualmente são hostis ao TPI.

Antonio Cassese foi o primeiro presidente do Tribunal Penal Internacional para a ex-Iugoslávia (TPII) e depois presidente da Comissão Internacional de Inquérito das Nações Unidas sobre Darfur. Atualmente leciona Direito na Universidade de Florença. ©Project Syndicate/Europe´s World, 2008. www.project-syndicate.org

quarta-feira, 16 de julho de 2008

Beck e a teoria do risco global

Leiam o novo texto de Ulrich Beck publicado na edição do jornal El País de 16 de julho de 2008. Ele reafirma a sua concepção do que é o risco global no sentido de "não ser indenizável". Tal fato diferiria das formas clássicas do passa sobre o risco. Beck associa o princípio da precaução com o da prevenção. Entre nós, contudo, pontuamos um diferenciamento desses dois citados princípios. Por fim, Beck reitera uma leitura cultural do dano ambiental.


El País, 16.07.2008

Los nuevos profetas de la energía nuclear

Ante el cambio climático y la subida del petróleo, algunos publicitan la energía nuclear como solución "ecológica". Esto es como pretender que subamos a un avión cuando aún no hay ninguna pista de aterrizaje

ULRICH BECK

Empieza una sátira divertida y terrible a la vez. Su argumento reza: las catástrofes climáticas y las crisis petroleras hacen desaparecer los peligros de la energía nuclear. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anuncia que va a construir nuevas centrales nucleares a fin de salvar el medio ambiente. También los Gobiernos de Italia, Francia y Reino Unido quieren reactivar la energía nuclear, rebautizada como "energía ecológica".

Ante este cambio político-lingüístico es necesario recordar que, hace unos años, el Congreso de Estados Unidos encargó a una comisión científica que desarrollara un lenguaje o una simbología con la que se informaría dentro de 10.000 años acerca de la peligrosidad de los vertidos nucleares norteamericanos. El problema era el siguiente: ¿qué conceptos y símbolos hay que crear para transmitir un mensaje a los humanos que vivan dentro de miles de años? La comisión la formaban físicos, antropólogos, lingüistas, neurólogos, psicólogos, biólogos moleculares, expertos en historia antigua, artistas, etc. Primero tenía que resolverse la cuestión de si dentro de 10.000 años todavía existiría Estados Unidos La comisión halló la respuesta sin dificultad: ¡Estados Unidos es eterno! Pero luego se vio que el problema clave, entablar un diálogo con el futuro, no tenía solución. Los expertos buscaron modelos en los símbolos más antiguos de la humanidad, estudiaron la construcción de Stonehenge (150 a. C.) y las pirámides, investigaron la historia de las obras de Homero y de la Biblia... Pero nada de esto se remontaba a miles de años. Los antropólogos recomendaron entonces el símbolo de la calavera, pero un historiador recordó que para los alquimistas, las calaveras significaban la resurrección, y un psicólogo llevó a cabo experimentos con niños de tres años. Si la calavera aparecía en una botella, éstos decían espantados "veneno", y si estaba pegada en la pared, exclamaban "¡piratas!".

Así, la meticulosidad científica de la comisión reveló que el propio lenguaje renuncia a la tarea de informar a las generaciones futuras sobre los peligros que hemos provocado en el mundo con el uso de la energía nuclear.

En mi teoría de la sociedad del riesgo mundial distingo entre antiguos y nuevos riesgos. Los nuevos tipos de riesgos, que anticipan catástrofes globales, sacuden los fundamentos de las sociedades modernas. Presentan, por ejemplo, la característica de lo que no puede ser indemnizado. Cuando el clima ha cambiado, cuando se ha averiado una central nuclear (perdón, una central ecológica) o cuando la genética ha intervenido de forma irreversible en la existencia humana, ya es demasiado tarde. Frente a este salto cualitativo de las amenazas a la humanidad, la lógica de la indemnización pierde su validez y es sustituida por el principio de la precaución mediante la prevención.

Los actores que deben garantizar la seguridad y la racionalidad (Estado, ciencia, industria) interpretan ahora un papel muy ambivalente. Ya no son tutores, sino sospechosos; ya no son gestores del riesgo, sino responsables del mismo. Exigen a la población que suba a un avión para el que todavía no existe pista de aterrizaje.

La preocupación por la existencia, que ha renacido en todo el mundo gracias a los riesgos globales, fomenta en el debate político una competencia destructiva entre los grandes riesgos. Los incalculables peligros derivados del cambio climático deben ser "combatidos" con los incalculables peligros asociados a las centrales nucleares. En muchas de las decisiones no se trata
de elegir entre alternativas seguras o arriesgadas, sino entre varias alternativas arriesgadas y, con frecuencia, entre alternativas cuyos riesgos afectan a distintas dimensiones cualitativas y apenas se pueden comparar.

Hay que destacar que las líneas de conflicto de la sociedad de riesgo mundial son culturales. En la medida en que los riesgos globales escapan a los métodos habituales de cálculo científico, la percepción cultural, adquiere un papel fundamental. En relación con la energía nuclear, estamos
ante un choque entre culturas de riesgo. La experiencia de Chernóbil se valoró de distinta manera en Alemania, Francia, Reino Unido, España e Italia. Para muchos europeos, los peligros del cambio climático tienen por ahora mucha más importancia que los peligros de la energía nuclear o del terrorismo. Mientras que desde el punto de vista de muchos americanos, los
europeos padecen de histeria medioambiental y de histeria por los alimentos-Frankenstein, a ojos de los europeos, los americanos padecen de histeria del terrorismo.

Hasta hace poco, hubiera sido un suicidio político en Alemania apostar por la recuperación de la energía nuclear. Pero desde que se considera el cambio climático como resultado de la acción del ser humano se barajan de nuevo las cartas de la sociedad y la política. Y, así, la canciller Angela Merkel coloca a Los Verdes ante una disyuntiva, al disputarles el monopolio del certificado de calidad de la "política medioambiental", e imponerles un debate de falsas alternativas entre energía nuclear y política medioambiental.

Aquí, de hecho, se mezclan varios elementos. A decir verdad, la subida de los precios de la gasolina beneficia al medio ambiente, pero amenaza con llevar a una recesión colectiva. La explosión de los costes de la energía hace disminuir el nivel de vida y genera riesgos de pobreza en el seno de la sociedad. Debido a ello, la prioridad por la seguridad de la energía nuclear se ve minada por la pregunta de durante cuánto tiempo podrá la mayoría de los usuarios mantener su nivel de vida ante la continua subida de los precios del gas, el petróleo y la electricidad. La canciller Angela Merkel utiliza este argumento como palanca. Quienes, como Los Verdes, rechazan el relanzamiento de la energía nuclear, pecan contra la política medioambiental preventiva.

Pero quien ignora los riesgos residuales de la energía nuclear no es capaz de comprender la dinámica política y cultural de la sociedad. Los críticos más persistentes, convincentes y efectivos de la energía nuclear no son Los Verdes, por importantes e imprescindibles que sean. El adversario más influyente de la industria nuclear es la propia industria nuclear.

Aunque los políticos lograsen que se produjera esta transformación semántica de energía nuclear a energía ecológica, y aunque los movimientos sociales acabaran fragmentándose, pasaría lo siguiente: todo esto sería cuestionado por el poder real del riesgo. Éste es constante, duradero, no interpretable y también presente allí donde los manifestantes ya están agotados. Las probabilidades de que se produzcan accidentes improbables crecen con la cifra de plantas de energía "ecológico"-nuclear.

El riesgo no significa catástrofe. El riesgo significa anticipación de la catástrofe. Tan sólo haría falta que se produjera un pequeño Chernóbil en Europa para que la opinión pública, en cualquier parte del mundo, sospechara de negligencia. Y para que los Gobiernos de la energía atómico-"ecológica" se sentaran en el banquillo de acusados, al haber practicado, contra su propia convicción, un juego frívolo con los intereses de la seguridad de la población.

Las personas no pueden ver ni oír, ni probar ni oler los peligros de la energía nuclear. ¿Qué pasará entonces dentro de la sociedad del riesgo global con el ciudadano responsable? Ahí va un experimento mental para ilustrarlo. ¿Qué ocurriría si la radiactividad produjera escozor? Los realistas, también llamados cínicos, contestarían: se inventaría cualquier cosa, por ejemplo un ungüento, para aliviar el escozor. He aquí un negocio provechoso. Seguro que rápidamente recibiríamos explicaciones que atribuirían el escozor a cualquier otra causa menos la radiactividad. Y, en cualquier caso, se nos diría que el escozor no es perjudicial; es incómodo, pero inofensivo. Podemos suponer que este tipo de explicaciones no tendrían demasiadas probabilidades de sobrevivir cuando la gente se pasease rascándose y con la piel irritada, y tanto en las sesiones de fotos de modelos como en las reuniones de ejecutivos los participantes se rascaran sin cesar. Entonces, la política y la sociedad se encontrarían ante una situación del todo nueva en su relación con los grandes peligros modernos. Y más tarde nos daríamos cuenta en términos culturales sobre qué estamos discutiendo y debatiendo.

Ulrich Beck es sociólogo y profesor de la Universidad de Múnich y la London School of Economics. Traducción de Martí Sampons.

segunda-feira, 14 de julho de 2008

A internacionalização da ordem jurídica brasileira e o papel dos juízes

O jornal A Folha de São Paulo na sua edição de 13 de julho de 2008 traz importante matéria (veja abaixo postada) sobre a internacionalização da ordem jurídica brasileira e o papel dos juízes.

Para driblar legislação, empresas levam comércio internacional aos tribunais

IURI DANTASLEANDRA PERESDA SUCURSAL DE BRASÍLIA

Importações e exportações estão chegando aos tribunais. Empresas brasileiras que atuam no comércio exterior têm impetrado cada vez mais ações na Justiça Federal para, muitas vezes, conseguir driblar a legislação. Desde 2007, foram pelo menos 79 processos federais, nas contas do Ministério do Desenvolvimento.

A ida às cortes preocupa o governo, porque normas implementadas em Brasília dariam segurança jurídica para investimentos, especialmente num setor sensível como exportação ou compras externas.

Com o problema, o secretário de Comércio Exterior, Welber Barral, decidiu fazer seminários de esclarecimento para mostrar aos juízes "particularidades" do comércio exterior. Críticas semelhantes são feitas pelo governo sobre sentenças judiciais contrárias a julgamentos do Conselho Administrativo de Defesa Econômica.

Pelo menos 22 processos federais prejudicam a atuação internacional do Brasil e foram alvo de críticas em recente vitória do país na OMC (Organização Mundial do Comércio). Essas ações se referem à importação de pneus usados, vedada por norma do Ministério do Meio Ambiente.

O Itamaraty venceu um painel da OMC, obtendo a permissão para impedir a entrada de pneus remoldados da União Européia no mercado nacional. Mas a OMC afirmou que as liminares enfraquecem o argumento do governo e que é preciso eliminá-las. O Supremo Tribunal Federal vai decidir o tema em breve, mas juízes de diversos Estados continuam liberando as liminares.

Outros casos apurados pela Folha indicam como as empresas lidam com normas confusas. A SMS Demag, por exemplo, passou anos importando insumos sem pagar imposto pelo mecanismo de drawback. Para ter direito a esse benefício, ela precisava comprovar que os insumos eram adquiridos fora por meio de concorrência internacional e que o produto final era produzido no Brasil com financiamento de bancos estatais ou do BNDES (Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social).

Novo entendimento

"Nesse tipo de negócio, é um mecanismo muito importante, são usados para projetos de grande porte, contratos de milhões de dólares. O mecanismo foi criado para dar igualdade de condições ao produtor nacional com quem importa", disse o gerente comercial da SMS Demag, Roberto Araújo.

Em 2005, a Receita Federal modificou seu entendimento. A concorrência internacional deveria ser feita por órgão público, a fim de permitir a isenção do imposto de importação. A Secex acompanhou a Receita, suspendendo a permissão para a SMS Demag. A mudança também resultaria na cobrança dos impostos retroativos que não foram pagos.

A empresa foi à Justiça, perdeu na 15ª Vara Federal do Distrito Federal e recorreu.

No caso da Tangará S.A., a derrota foi do governo. A empresa tinha licença para importar 250 toneladas de leite em pó do Uruguai, mas seu fornecedor conseguiu entregar apenas 150 toneladas. A diferença exigia nova licença de importação, que poderia demorar meses.

"A medida foi uma forma encontrada pela empresa para acelerar os trâmites burocráticos que fariam com que a Tangará deixasse de receber a mercadoria a tempo de poder produzir e, finalmente, comercializar os seus produtos", informou por meio de nota.

Para o presidente da AMB (Associação de Magistrados do Brasil), Mozart Valadares Pires, recorrer à Justiça é um direito de qualquer pessoa ou empresa que se julgue prejudicada por normas oficiais.Segundo ele, os seminários do governo ajudam a conhecer o comércio exterior, mas não interferem nas decisões.

Para o vice-presidente da OAB (Ordem dos Advogados do Brasil), Vladimir Rossi Lourenço, entrar na Justiça contra o governo tem amparo na Constituição. "É o Poder Judiciário o eleito pela Constituição Federal como o único para evitar a perda de direitos.

quinta-feira, 3 de julho de 2008

O bunker europeu

A União Européia vem passando por um momento político cada vez mais rigoroso quanto à questão dos imigrantes. Em abril, foi a vitória de Silvio Berlusconi na Itália, eleito pela terceira vez para o cargo de primeiro-ministro, ressuscitando novamente a Liga do Norte, partido político liderado pelo mítico e polêmico Umberto Bossi.

O partido de Umberto Bossi é conhecido por sua extrema xenofobia e está à sombra do governo de Berlusconi. Sobre Bossi, a revista Comunidade Italiana, em sua edição de maio de 2005, citou:

" Bossi sonha com uma Itália reduzida apenas À Padânia - as regiões norte do país: Piemonte, Lombardia, Vêneto e Emília Romana - e livre dos "vagabundos" do sul e de Roma. Ele é conhecido por suas atitudes racistas e contrárias aos imigrantes que chegam à Itália.
Os estrangeiros que vivem no país não se esquecem que, há alguns anos, Bossi criou a Guarda Nacional da Padânia, formada por 300 "camisas-verdes", encarregados do serviço de ordem e limpeza das cidades do norte. A sujeira porém, eram os imigrantes, as prostitutas, os dependentes de drogas e os homossexuais."
Em 18 de junho, foi a aprovação da lei contra os imigrantes, que tornou o processo regulador da imigração ainda mais rigoroso. Essa semana, foi a posse do presidente francês Nicolas Sarkozy como presidente da União Européia, segundo o rodízio de dirigentes previsto na UE, tornando o panorama para os imigrantes ilegais ainda mais complicado, já que o presidente é conhecido por medidas rígidas no controle da imigração.
Sobre esse assunto, o jornal espanhol "El país" publicou nessa segunda-feira, 30 de junho a seguinte matéria, escrita por Andreu Missé:
"El futuro de la UE El búnker de Europa toma cuerpoUna de las prioridades de la presidencia francesa de la UE, que comienza mañana, es blindar la Unión frente a nuevos inmigrantes no seleccionados ANDREU MISSÉ - Bruselas - 30/06/2008
El búnker de Europa va tomando cuerpo. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, sigue adelante con su plan de cerrar las puertas a nuevos inmigrantes no requeridos. Sólo tendrán entrada los escogidos en función de las necesidades del mercado laboral. Su Pacto por la Inmigración y el Asilo descarta también las regularizaciones generalizadas, promueve introducir la identificació n biométrica en los visados y los vuelos colectivos para expulsar a los indocumentados que no se vayan voluntariamente. De los ocho millones de sin papeles sólo serán regularizados algunos "con carácter excepcional" por motivos humanitarios y económicos.
El endurecimiento de la política de inmigración europea, que propugna Sarkozy y que coincide con el momento más bajo de su popularidad, es una de las cuatro prioridades de la presidencia francesa de la UE, que empieza mañana. Los otros temas son energía-cambio climático, defensa y política agrícola común.
París quiere presentar el Pacto por la Inmigración y el Asilo como una iniciativa bilateral de Francia y España en la reunión de ministros de Interior que se celebrará en Cannes el 7 y el 8 de julio. En los últimos días, Alemania ha mostrado mucho interés y podría incorporarse al equipo que presente la propuesta. El Gobierno español ha realizado esfuerzos para suavizar el documento, como puso de relieve en la cumbre hispano-francesa del pasado viernes en Zaragoza, e incluso había elaborado un documento alternativo que finalmente declinó presentar. De momento, ha logrado que desaparezca del texto el nombre de "contrato de integración", pero quedan muchas ideas de su contenido. También ha logrado aplazar un año, hasta 2012, la entrada en vigor de los visados biométricos. Sigue el pulso sobre la prohibición de las regularizaciones generalizadas, que Francia quiere mantener a toda costa. España busca reforzar la idea de que la inmigración es una política comunitaria y no una ayuda de solidaridad a un país del sur con problemas por su situación geográfica. La dificultad es que le toca hacerlo con Sarkozy y sus propuestas (que éste ya aplicó en Francia en 2003).
Jean-Pierre Dubois, presidente de la Liga de los Derechos del Hombre, confía en que estas ideas del pacto no prosperen. Considera que "trata a los inmigrantes como mercancías, favorece a los países ricos a costa de los pobres, es decir, todo lo contrario al desarrollo". Sarkozy "quiere un búnker en Europa y separarla del resto del mundo".
La última redacción del documento del pacto, cuyo texto debería aprobarse en octubre por los líderes europeos, "recuerda que corresponde a cada Estado miembro decidir sobre las condiciones de admisión de los inmigrantes legales y fijar si se da el caso, y si es posible con la colaboración con los países de origen, su número". Y "llama a los Estados miembros a poner en práctica una política de inmigración escogida, especialmente en lo que concierne a las necesidades del mercado de trabajo, y concertada, teniendo en cuenta del impacto que puede tener sobre los otros Estados miembros".
Sophie Baylac, jurista y asesora de La Cimade, organización dedicada al acompañamiento de inmigrantes, manifiesta que "este enfoque de la inmigración está más basado en motivos ideológicos que en la realidad". En su opinión, anteponer la emigración económica a la reagrupación familiar "es condenar a los inmigrantes a vivir separados de sus familias". Efectivamente, el Pacto por la Inmigración propone "regular mejor la inmigración familiar invitando a cada Estado a que tenga en cuenta en su legislación sus capacidades de acogida, y las capacidades de integración de las familias en lo que concierne a sus condiciones de recursos y de vivienda en el país de destino así como, por ejemplo, el conocimiento de la lengua de este país". La última versión se ha suavizado añadiendo que se "respetará la convención europea de protección de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales".
España ha logrado también eliminar el concepto de "contrato de integración", pero se mantienen algunos de sus objetivos. Así, se invita a los Estados a aplicar "políticas ambiciosas para favorecer la integración armoniosa de los inmigrantes" , con un "equilibrio" de derechos y deberes, entre los que se cita "aprendizaje de la lengua y respeto de las leyes del país de acogida". Y también "medidas específicas para favorecer el acceso al empleo, factor esencial de la integración".Se necesitan de 50 a 110 millones de extranjerosLa UE se debate en una profunda contradicción ante la inmigración. Por una parte, la Comisión Europea no cesa de publicar estudios que señalan la urgente necesidad de extranjeros para compensar el imparable envejecimiento de la población. Por otra, están los discursos cada vez más dominantes de Nicolas Sarkozy y Silvio Berlusconi, que utilizan las diferencias culturales para promover actitudes xenófobas y obtener réditos políticos en momentos de crisis económica.
El pasado 17 de junio, la Comisión aprobó un documento con otro enfoque de la inmigración que señala: "En el contexto de una Europa que envejece, la contribución potencial de la inmigración a la eficacia económica de la UE es importante". La realidad es que los europeos viven cada vez más años y la generación del baby boom de después de la Segunda Guerra Mundial se acerca a la jubilación.
Europa precisa entre 50 millones y 110 millones de inmigrantes hasta 2060, según las proyecciones demográficas de la Comisión. "La población de la UE en edad de trabajar habrá descendido en 50 millones de personas, incluso si se mantiene un nivel de inmigración neta similar a los niveles históricos, y descenderá en 110 millones si no se mantiene esa inmigración neta". Para la Comisión, "esta evolución presenta riesgos de sostenibilidad de los regímenes de pensiones y de protección social y exigiría un mayor gasto público". Desde 2002, las llegadas de inmigrantes a la UE oscilan entre 1,5 y 2 millones de personas por año.
El impacto positivo de la inmigración ha sido analizado por los ministros de Finanzas. Según dijo el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, el pasado noviembre, "el papel de la inmigración en el crecimiento de la población ha sido clave en la UE". A su juicio, "es crucial que la población inmigrante, incluyendo a sus hijos, se integre en el mercado laboral y en las sociedades de los países que los reciban". El éxito económico de España, Reino Unido e Irlanda de los últimos años es inexplicable sin la inmigración. En España, más de la mitad del crecimiento en 2007 fue debido a los inmigrantes. En Reino Unido, más de un millón de polacos, checos y de otros países del Este cubrieron el déficit de mano de obra."

terça-feira, 1 de julho de 2008

Habermas e o temor do povo

Leiam o texto de Habermas publicado no Caderno Mais do jornal A Folha de São Paulo de 29 de junho de 2008 no qual o autor identifica as dificuldades para ratificar o Tratado de Lisboa, negociado após o fracasso do projeto da Constituição européia.


Europa com medo do povo

O FILÓSOFO JÜRGEN HABERMAS DIZ QUE A ÚNICA SOLUÇÃO PARA O CONTINENTE É O RECONHECIMENTO DAS DIFERENÇAS NACIONAIS

JÜRGEN HABERMAS

Os agricultores se irritam com os preços em queda no mercado mundial e com as regras impostas por Bruxelas [onde fica a sede da União Européia].

Os que estão "por baixo" se irritam com a distância crescente entre ricos e pobres num país onde vizinhos viviam em pé de igualdade. Os cidadãos desprezam seus próprios políticos, que prometem muito, mas perderam toda perspectiva e capacidade de ação.Para completar, um referendo sobre um tratado que, de tão complicado, não há quem o entenda. A entrada da Irlanda na UE foi proveitosa para o país.

Sendo assim, por que mudar as regras? Afinal de contas, a transferência de poderes para as instituições européias não tiraria força do voto democrático, que só se faz ouvir no âmbito dos Estados nacionais?

Os cidadãos farejam o paternalismo que se insinua e que quer apenas que
ratifiquem decisões em que não tiveram voz.

Agora o governo decidiu só repetir o referendo quando tiver certeza da aclamação. Os irlandeses -esse pequeno povo de resistentes- foram os únicos em toda a vasta Europa que puderam dar sua opinião.

De um golpe, conseguiram deter a marcha da locomotiva inteira -e todas as rodas pararam. Não querem ser conduzidos às urnas como gado eleitoral. Com exceção de três parlamentares contrários ao tratado, toda a classe política se opunha ao "não".

Assim fazendo, de certo modo puseram todo o sistema político em jogo. Donde a enorme tentação de passar um memorando a toda política assim concebida e praticada.

Sobre os motivos do "não" irlandês só é possível especular.

As reações "oficiais" foram
unívocas. Os governos, acuados, não querem parecer desnorteados com o resultado, tentam se comportar "profissionalmente" para procurar uma solução "técnica" -no frigir dos ovos, uma repetição do plebiscito irlandês, isto é, uma demonstração de cinismo por trás do respeito puramente verbal à decisão dos votantes, com o que se levaria água para o moinho de quem já se pergunta se as formas semi-autoritárias das democracias de fachada não seriam mais convenientes.

O Tratado de Lisboa deveria dar seqüência às reformas que a "cúpula" de Nice -anterior à expansão da UE de 15 para 27 membros- esboçara sem conseguir realizar. Nesse meio tempo, a expansão para o leste, com a conseqüente melhoria dos indicadores mais crassos de bem-estar e a intensificação dos conflitos de interesse, tornou necessário um novo esforço de integração.Os fóruns europeus não têm como lidar à moda antiga com os novos conflitos e tensões.

Diante do fracasso da Constituição Européia, o Tratado de Lisboa não foi mais do que uma solução de emergência, burocraticamente concebida, a ser imposta sem mais aquela às populações européias.

Com esse ato de força, os governos queriam mostrar, sem o menor constrangimento, que são eles a decidir pelo destino da Europa -exceção feita ao referendo previsto na Constituição irlandesa.

O próprio Tratado de Lisboa fora, no melhor dos casos, uma resposta lenta ao choque anterior, quando o processo de ratificação da Constituição emperrara na França e nos Países Baixos, antes mesmo de chegar a seu fracasso anunciado no Reino Unido.

Desta vez, o constrangimento é ainda maior. Terá chegado a hora de indagar se a unificação européia, caso queira seguir adiante, terá que optar por caminhos políticos mais próximos dos cidadãos? Até Nice, esse processo foi conduzido como projeto de uma elite liberal.

Desde então, os sucessos econômicos foram percebidos mais e mais como parte de um jogo de soma zero, à medida que surgiam massas de desfavorecidos em todas as sociedades européias.

Temores sociais bem fundamentados e reflexos de medo irrefletido podem explicar a instabilidade da opinião pública. Mas não há como não levar a sério os problemas em aberto, sobre os quais os partidos políticos podem agir, contanto que se esforcem por oferecer perspectivas convincentes.

Os referendos fracassados são sinal de que, graças a seus próprios êxitos, a unificação européia chegou a limites que só serão transpostos quando as elites pró-européias deixarem de contornar o princípio representativo e perderem seu temor ao povo.

Chegou a um nível crítico o divórcio entre as instâncias de decisão política estabelecidas por Bruxelas e Estrasburgo, de um lado, e os canais de participação democrática remanescentes nos Estados nacionais, de outro.

Isso é ainda mais grave na medida em que as competências do Estado europeu e dos Estados nacionais foram muito desigualmente divididas.

Os efeitos sociopolíticos e culturais das instituições de mercado instauradas em toda a Europa explodem no âmbito dos Estados nacionais, aos quais não restou nenhuma influência sobre a origem desses "custos externos".

Nessas condições, a política só pode vir a recobrar competências antigas se conduzida em nível europeu; só assim a visão empalidecida de uma "Europa social" poderia voltar a uma arena política decisiva -e só assim os partidos social-democratas, hoje desfigurados, poderiam formular visões dignas de crédito.

A convivência no espaço europeu não deveria ser concebida sobre bases que excluíssem, de saída e por princípio, qualquer alternativa ao liberalismo de mercado. Mesmo porque as questões da harmonização cuidadosa das políticas fiscais e econômicas e da padronização paulatina dos sistemas de seguridade social no interior da UE tocam no conflito em torno da "expansão" ou do "aprofundamento" que há anos vem assolando a UE.

O silêncio dos governos sobre o futuro da Europa encobre o conflito de objetivos que vem roubando perspectiva e energia à União.

A Europa quer ser um ator capaz de decisão no terreno interno e externo ou nos daremos por satisfeitos com o apelo civilizatório que o projeto de expansão crescente exerce sobre os países ingressantes? O preço do projeto de expansão difusa se faz notar na falta de força política diante de uma sociedade mundial em conflito desde 2001.

Basta pensar na triste imagem dos nossos "príncipes" Brown, Sarkozy e Merkel [líderes, respectivamente, de Reino Unido, França e Alemanha], que fazem questão de entrar sozinhos na antecâmara de Bush: é a Europa despedindo-se do palco mundial.

Os problemas da mudança climática, da desigualdade de renda, de uma ordem econômica estável, dos direitos humanos, das
fontes não-renováveis de energia -todos esses problemas dizem respeito igualmente a todos nós.

E, no mesmo momento em que todos dependem mais estreitamente de todos, assistimos à expansão dos arsenais atômicos e bioquímicos e à escalada dos potenciais de violência. Uma Europa capaz de ação não deveria, em seu própria interesse, fazer valer seu peso no esforço de pacificação humanitária e política da comunidade internacional?

Mas o fato é que a UE não tem peso político à altura de seu peso econômico -e não o terá enquanto os governos discordarem sobre os objetivos da unificação européia.

Nesse ponto, é importante ter clareza quanto às
responsabilidades: são os governos que não sabem o que fazer que eternizam o status quo melancólico. É natural que o conflito de objetivos ganhe virulência por obra de diferenças profundas, com raízes históricas -o que, de resto, não constitui fundamento para a crítica a este ou aquele país.

Mas, após o alerta irlandês, temos o direito de esperar duas coisas de nossos governos: devem reconhecer que gastaram todo seu latim e devem parar de escamotear seu dissenso.

Afinal de contas, não têm escolha senão deixar que a própria população decida.

Isso significa que os partidos políticos terão que arregaçar as mangas para que a questão da Europa volte a ser o tema crucial que de fato é: uma Europa cindida por disputas nacionais será capaz de
se tornar um sujeito capaz de ação política interior e exterior?

Fala-se agora em salvar o Tratado de Lisboa oferecendo-se aos irlandeses a possibilidade de uma saída parcial da UE.

A proposta ao menos leva a sério a decisão dos eleitores irlandeses, que podem até se surpreender, uma vez que não queriam chegar a tanto.

Mas a mera ponderação dessa possibilidade já é um avanço na direção correta: um tratado de cooperação pelo qual os países-membros pudessem colaborar em algumas instâncias, e não em outras, talvez constituísse uma saída para o embaraço geral que se instalou.

A Europa foi longe com seu comboio em que o vagão mais lento determina o ritmo dos
outros. Mas agora é hora de mudar. A própria proposta de eleições diretas para a presidência da UE vai bem além do hesitante Tratado de Lisboa.

O Conselho Europeu deveria saltar além da própria sombra e propor que as próximas eleições européias fossem também um referendo formulado em termos claros. Com isso, os cidadãos poderiam se pronunciar em todos os países da UE, no mesmo dia e sobre a mesma pauta.

O erro mais óbvio de todos os referendos até agora consistiu em conduzi-los em âmbito meramente nacional, e não pan-europeu.

Com muito empenho e alguma sorte, poderia sair daí uma união dos dois tempos, à medida que os países em que o referendo for vitorioso desenvolvam uma cooperação mais estreita no domínio das políticas econômica, exterior, de segurança e de seguridade social.

Postos diante de uma encruzilhada, também os países ingressantes do sul e do leste teriam que se perguntar a sério sobre qual o melhor caminho para seus interesses.

Ao mesmo tempo, um núcleo europeu capaz de ação e êxito provavelmente voltaria a atrair a atenção de países membros hoje céticos. Finalmente, é possível que, por complicada que seja, a diferenciação interna torne mais fácil a difícil tarefa da expansão da União Européia.


JÜRGEN HABERMAS (1929) é filósofo alemão, autor de "Consciência Moral e Agir Comunicativo" (Tempo Brasileiro). Este texto saiu originalmente no jornal "Süddeutsche Zeitung". Tradução de Samuel Titan Jr.